En las selvas
tropicales del Oriente habitan ocho nacionalidades. Su población, hasta 1998,
de acuerdo con una publicación realizada por la CONFENIAE (Confederación de
Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana) era de168 202
ecuatorianos. Los Achuar habitan en las provincias de Pastaza y Morona
Santiago, su lengua es el achuar; los Cofán en Sucumbíos, su idioma es el
aíngae; Los Huaorani en Pastaza y Napo, entre el río Napo y el Curaray, su
idioma es el huao tererö; Los Shuar en Pastaza, Napo, Morona Santiago y Zamora
Chinchipe, su idioma es el shuar; Sionas y Secoyas, hasta hace poco
considerados un mismo pueblo, habitan en Sucumbíos, ambos hablan baicoca; la
nacionalidad Zápara en la provincia de Pastaza; y finalmente la nacionalidad
Quichua de la Amazonía, en las provincias de Napo, Pastaza y Sucumbíos. Los más
numerosos son los Quichuas y Shuara, hay pocos Sionas y Secoyas y los Záparos
están al borde de la extinción.
Todos estos pueblos basaban su alimentación en
la caza, pesca y las pocas hortalizas cultivadas (especialmente yuca);
actualmente la destrucción de los bosques y la colonización los han obligado a
buscar otras fuentes de sustento. Con respecto a su vestimenta, lo común son
las coronas de plumas de coloridas aves en la cabeza, los dientes de sahíno en
el cuello, las narigueras, las orejas perforadas, faldas, y, en general, poca
ropa; físicamente, en cambio, su increíble tolerancia a los insaciables
mosquitos, los cuerpos bien formados, la piel dura y, en el caso, de los Huao,
su “adaptación” (no sudan por nada del mundo). La música se hace al son de
tambores y cánticos sagrados. La ayahuasca es la bebida sagrada para el shamán
en casi todas las nacionalidades a excepción de los Huao que no la utilizan.
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